lunes, 20 de junio de 2011

La fiesta pagana


Éste es un poema
Para las que tienen miedo,
Para quienes, aman sin remedio,
Que, por estar enamoradas,
temen que alguien las castigue,
Y esconden sensaciones
Siempre por miedo, sin ser permitido.
Pero a solas, dejan volar su mente
Le permiten al cuerpo,
Volver a atrapar mariposas
Alojarlas en su vientre,
Y liberarlas a solas,
Con una palabra, una ...

Norma Virginia Escalante Caballero

lunes, 13 de junio de 2011

Besos

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
 
Gabriela Mistral
 
 

domingo, 29 de mayo de 2011

Poema para una mujer casada

Permíteme que te diga que te amo,
aunque no esté de moda decir eso.
Déjame que acaricie tus cabellos
y cobije tu mano entre mis manos.

Permíteme que te regale flores
y te lleve a cenar a un rincón íntimo.
Aunque no esté de moda ser romántico
déjame ser romántico esta noche.

Voy a hablarte de un niño con tormentas
que rompen en el cielo de su boca,
de símbolos grabados en las rocas
donde nacen canciones y leyendas.

Te voy a transportar a un mundo mágico
escondido detrás de los espejos;
profunda madriguera de conejos
construida en los abismos de un océano.

Y todo para que esta noche sepas
que sueño con poblar tu bajo vientre
y bajarte las bragas con los dientes
y mancharte de babas las orejas.

Que ardo en llamas de angustia y de deseo
cegado por el brillo de tus medias,
adicto a la textura de la seda
que, en brocados, remata tus ligueros.

Si me pierdo debajo de tu blusa
me hallarás aferrado a tus pezones.
Sobre el flan de tus pechos mis razones
someten al placer cualquier excusa.

Y todo para que esta noche olvides
que tienes un marido y otra cama,
que este juego se acaba con el alba,
que mañana volverás a tus rediles.

Y, tal vez, otra noche como esta
el destino nos junte en algún puerto
y de nuevo, apartándote el cabello,
susurraré en tu oído mis poemas.

Patrocinio Vargas



miércoles, 4 de mayo de 2011

Duele

Duele…
Duele...

Una adiós sin razón,
Duele…
Una herida en el alma!

Duele...
Los recuerdos de tu amor!
El destino de nuestro amor,

Duele…
Tener que olvidar, por olvidar
Resignándose a un adiós no aceptado
Como duele un amor terminado
Cuando apenas en el alma
Había comenzado

Duele…
Ver así alejarse mi esperanza
De volver a verte Duele la ilusión
Que me mantiene viva
Duele en el pecho, en el corazón
Duele en la vida duele en el alma
Un corazón sin amor duele
Y si el amor que era mío es de otra

Me duele…
Duele la fe que se agota

Duele…
La caída de mis alas destruidas
Tras el vuelo a tu encuentro en mis sueños
Lagrimas dolorosas desprendidas
De mis ojos por ti.
Duele el mártir de un pensamiento
Duele las horas ahogadas por el
Tiempo.

Duele, duele…
Como también duele mi corazón
En esta agonía y tormento
Como duele lo que se quiere
Lo que se ama y después se marchita
Igual que las rosas
Me Duele reír también me duele
Llorar a solas en la oscuridad
De mi cuarto.

Duele…
Ver el cielo gris, que sin ti no es azul

Duele…
El ser indiferente, duele el pasado
Duele el futuro, y el presente, así
Como aun, duele llevarte clavado en mi mente
Duele aun amarte
Duele no tenerte a mi lado
Como también no probar de tus labios.

Duele…
Duele el dolor
Duele mi alma, duele mi ser
Duele mi vida y el eco de tu voz
Tu mirada profunda
Como duele amanecer sin verte.
Duele el tan solo no tenerte…

¡Duele Amor!

Patrocinio Vargas

Dame tu mano de nuevo...

Dame tu mano de nuevo...
y olvidaré las veces que me dejaste caer.
Vuelve a darme calor...
y borraré todas las noches que estando a tu lado pase frio.

...Búscame otra vez...
y dejaré atrás los momentos en que me sentí perdido.

Mírame como antes...
y mis ojos volverán a reflejarse en los tuyos. Pon luz en mi vida...
y desaparecerá la penumbra que últimamente me dabas.

Llámame como ayer...


Patrocinio Vargas


jueves, 14 de abril de 2011

Relaciones empíricas




Ya lo ves, de aquella brasa

cuyo ardor te calcinó,

saciado, sólo quedó

dispersa ceniza escasa.

Muda inconstancia que abraza

...el aparente sentido

del cuerpo obscuro y prohibido

-o del tuyo en el espejo

de la otra piel-. No me quejo

de arder. Ni de haber ardido.
 
 
 
del blog Relaciones empíricas

domingo, 3 de abril de 2011

Salir Corriendo


de "Cositas lindas del Amor"

Salir Corriendo...

Sí. Creo que necesito salir corriendo. Y no porque huya de nada ni nadie, sino porque necesito respirar profundo.
Porque hace tiempo que no se lo que quiero. No se en qué creo. Porque me rodea la nada y me asfixia, porque quiero llorar y no puedo.
Y siento que hay ahí fuera algo que está esperando a que lo descubra, a que de con él.
Porque hay en mi interior esa sensación, esas palabras que me dicen, que quizás ahora no es el momento, pero que dentro de poco, las cosas van a cambiar, y por fin, voy a poder soltarme de esas cadenas que me condenan. Y ser libre. Porque la tan ansiada libertad lleagará. En su momento. Pero llegará...
Ahora, me acompaña tu luz. Y me guia en el camino pedregoso. Y me hace la espera más agradable.

Mr. Cometa







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jueves, 17 de marzo de 2011

Casida de la mujer tendida

Verte desnuda es recordar la tierra
La tierra lisa, limpia de caballos.
La tierra sin junco, forma pura
cerrada al porvenir: confín de plata.

Verte desnuda es comprender el ansia
de la lluvia que busca débil talle,
o la fiebre del mar de intenso rostro
sin encontrar la luz de su mejilla.

La sangre sonará por las alcobas
y vendrá con espalas fulgurantes,
pero tu sabrás donde se ocultan
el corazón de sapo o la violeta.

Tu vientre es una lucha de raíces,
tus labios son un alba sin contorno,
bajo las rosas tibias de la cama
los muertos gimen esperando turno.

Perteneciente al poemario "Diván del Tamarit" 

 Federico Garcia Lorca




lunes, 7 de marzo de 2011

Amar y dejar partir - letra de canción


Lo que algún día
tuvo comienzo
tendrá fin
somos lluvias
en un río de abril
...
Todo se marcha
todo nos deja
seguir
es pañuelo que se agita
vivir
...
Cuando no estés
serás una sed
hebra de luz
en mi ser
tu ser
...
Cuánto camino
hicieron mis pasos
aquí
hoy soy sólo los abrazos
que di
...
La arena sabe
amar y dejar partir
quién pudiera
tan liviano
fluir
...
Cuando no esté
me harás florecer
en tu recuerdo
y seré
seré

Pedro Aznar (músico argentino)

martes, 15 de febrero de 2011

HAY UN MORIR



No me lleves a sombras de la muerte
Adonde se hará sombra mi vida,
Donde sólo se vive el haber sido.
No quiero el vivir del recuerdo.
Dame otros días como éstos de la vida.
Oh no tan pronto hagas
De mí un ausente
Y el ausente de mí.
¡Que no te lleves mi Hoy!
Quisiera estarme todavía en mí.

Hay un morir si de unos ojos
Se voltea la mirada de amor
Y queda sólo el mirar del vivir.
Es el mirar de sombras de la Muerte.
No es Muerte la libadora de mejillas,
Esto es Muerte. Olvido en ojos mirantes.

Macedonio Fernández











sábado, 5 de febrero de 2011

Espera

No vas a venir.
No vas a llamar.
No vas a volver.
No vas a llegar.
No vas a decir.
No vas a preguntar.
No vas a invitar.
No vas a creer.
No vas a soñar.
No vas a sorprender.
No vas a insistir.
No vas a intuir.
No vas a amar.

Sin embargo yo aquí, esperando todo eso, con la calma de quien espera su muerte.

Norma Virginia Escalante Caballero

viernes, 4 de febrero de 2011

Verte Vestida

Verte vestida es la mejor excusa
para imaginar tu desnudez
bajo la ropa que ostentas ilusa,
donde yacen el infierno,
la pasión y el fuego.

Entre tanto miro casi indiferente
aquellos rincones que tu piel asoma,
como aquel escote que a más de tu aroma
me regala un poco de tu ser ardiente.

Y mis manos suben, bajan, por tu ropa,
ansiando tu piel y deseando ser boca,
soñando la miel que tu vientre derrama
al sentirte mujer, cuando se te ama.

Extraño el temblor que sin querer tu cuerpo
después del amor como final regala,
el abrazo eterno tras la gran batalla
en que nos unimos más allá del tiempo.

Aun verte vestida agita el pensamiento,
puedes encenderme sin lugar a duda,
y tan sólo espero nos llegue el momento
para poseerte... esta vez desnuda.

Beto Aveiga

domingo, 16 de enero de 2011

Vendo mis ojos



Vendo mis ojos para no ver
el volcán y sus cenizas.
Parezco ciega de mi misma
iluminada por la luz que arde
como fuego en la hoguera.

Me duele el mundo en las entrañas...
Hoy... duelen mis heridas...
Universo de mi oído que escuchas
lo que en mi garganta llevo de tu voz.

De universo me visto todos los días...
para tus flamantes amaneceres...

Y así aspirando de tu aroma
voy ignorando los míos,
emanando los aromas de tu abismo.
Sos mi tacto porque en mí
acaricias y desbordas...

con tu infinita ternura .
Y siento en mi cuerpo la delicia
de tus manos entrelazadas en las mías.
protegiendo mis sueños y logros,
te cargo a mis espaldas...

Yo solamente soy el vivo trasmitir
de tus sentidos.
A veces la vida duele por las cosas
que fueron soñadas y no cumplidas,
esa eternidad interrumpida en la memoria
por la euforia de esta vida.

Marga Seone



sábado, 15 de enero de 2011

Un doloroso perdón

Asomaba a sus ojos una lágrima
y... a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y enjugó un llanto,
y la frase en mi labio expiró.

Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿Por qué calle aquel día?.
Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?.

Es cuestión de palabras, y, no obstante,
ni tu ni yo jamás,
después de lo pasado convendremos
en quién la culpa está

¡Lástima que el amor un diccionario
no tenga donde hallar
cuando el orgullo es simplemente orgullo
y cuando es dignidad!


Gustavo A. Bécquer

domingo, 2 de enero de 2011

Sabrás que te quiero

Sabrás que te quiero,
en el silencio de este amor calmado...
en la agonía de la espera eterna...
cuando notes que estuve siempre a tu lado...


Sabrás que te quiero...
...Por mis mil “te quiero” tan callados...
por los días de silencio, en que con mi pensamiento
te envié mil veces dichas... te amo...


Sabrás que te quiero...
cuando te hable con tanta ternura...
cuando de mis labios recibas
solo bendiciones...


Sabrás que te quiero...
cuando estoy nerviosa y no se que mas decirte...
cuando mi voz calla
y mis adentros te gritan que te amo...


Sabrás que te quiero...
cuando pase el tiempo
y notes que me he marchado de tu vida...
en la forma mas callada y menos prevista...
cuando sin decir adiós
me aparte de ti con una tímida sonrisa...


Sabrás que te quiero...
Cada vez que leas mis poemas...
cuando veas que sigues siendo mi alegría
y mi más honda pena...


Sabrás que te quiero...
cuando en tu mas placido sueño...
yo llegue hasta ti
y en un leve eco te vuelva a decir te quiero...

Ana María Zaplana

sábado, 18 de diciembre de 2010

Te amo sin saber como...

No te amo porque seas como un océano,
por tu aroma a brisa marina,
ni por el sabor a sal
cuando me asalta el deseo
esas ganas de ser uno


No te amo porque seas fuerte como un roble,
ni porque seas perfecto
o tengas la belleza de Adonis
no te amo porque seas gema
ó flecha de claveles que irradian fuego:


Te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
discretamente
secretamente,
en silencio
entre la sombra y el alma




Te amo como planta que no florece
que llevo dentro de mí escondida,
la luz de aquellas flores,
que gracias a tu amor
vive oscuro en mi cuerpo
y el apretado aroma que ascendió de la tierra.


Te amo sin saber como,
ni cuando
ni donde,
ni porque
simplemente te amo


Te amo directamente sin explicaciones,
ni orgullo así te amo
porque no sé amar de otra manera
sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho
es mía…
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño



Patrocinio Vargas

miércoles, 17 de noviembre de 2010

No decía palabras


No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne;
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es pregunta cuya respuesta
nadie sabe.

LUIS CERNUDA ( España, 1902 - 1963 )


















La Formal

Ponte el pudor.
Está allí, debajo del lecho
junto a las ropas caídas.
Dilúyelo sobre tus mejillas
como si fuese un maquillaje.
Alisa tu piel
y ese tablero de ajedrez borracho
de tu falda de cuadros.

Abróchate la blusa
y adopta otra vez
esa actitud ingenua de muchacha formal.
Ordena tus cabellos y tus prejuicios.
Camina con esa dignidad desvencijada
que usas los domingos
para asistir a misa.

Tan pronto atravieses el umbral
serás nuevamente tú
la pequeña burguesa incomprendida
con tus veinte años de lugares comunes
y tu boca repleta de palabras usadas.
Serás la rutinaria.
La formal.
La limitada.
Creerás otra vez en Dios
así como antes creías en tu cuerpo,
y estarás llena de moral
así como antes estabas llena de mí.

(...) Aquí en mi habitación
quedó tu lujuria hipócrita
y tu doble moral.
Mañana volverás
y entonces te diré las palabras de siempre:
Ponte tu cuerpo
quítate el pudor y las ropas
y ven así, desnuda
a engañarnos pensando
que no hemos empezado a envejecer.

MIGUEL MÉNDEZ ( Colombia, 1942 )



sábado, 13 de noviembre de 2010

Mi olor a ti


Toda mi ropa huele a cuando estabas.
Sería al abrazarte -no lo entiendo-
o que estuviste cerca y se quedó prendido.
Si arrimo mi nariz al hombro o a la manga,
te respiro.

Al ponerme la chaqueta, en la solapa,
y en el cuello de un jersey que no abriga.
Aroma de placer, de feromonas,
de recostarme en ti mientras dormías.

Por mucho que la lave, mi ropa lo conserva:
es un perfume dulce que me alivia
como vestir mi carne con tu piel.
Y está durando más que mi recuerdo.

Tu rostro en mi memoria se disipa,
casi puedo decir que he olvidado tu cuerpo
y sigo respirándote en las prendas
que, al tiempo que me visten, te desnudan.



Pero la ropa es mía.
De tanto olerte en mí, tu olor es mío.
Tu olor era mi olor desde el principio,
fue siempre de mi cuerpo, no del tuyo,
de un cuerpo que lo tengo a todas horas
para quererlo entero como jamás te quise
y olerlo de los pies a la cabeza.

Es el olor de todas mis edades,
del niño absorto y puro,
del claro adolescente eléctrico y espeso,
de un joven con insomnio que soñaba
fantasmas del amor, y es también el olor
que al transpirar mis sueños
dejaron en las sábanas.

Quién sabe tú a qué aspiras sin este efluvio mío,
sin mi esencial fragancia.
Estando en compañía, serás siempre la ausente
igual que si te fueras o no hubieras llegado.

Pues no olerás a nada, no dejarás recuerdo
ni podrás despertar auténtico deseo
ni embalsamar las yemas de los dedos
que un día te acaricien
con un perfume físico y concreto.

Serás para el olfato de los otros
como un espejo para los vampiros.
Y yo atesoraré con más fe que codicia
este perfume dulce de mi cuerpo
que descubrí contigo.
Si quieres existir, respíralo de nuevo.


LEOPOLDO ALAS (España, La posesión del miedo,1996)