martes, 30 de junio de 2009

El silencio de las sirenas- [Cuento: Texto completo] Franz Kafka




Existen métodos insuficientes, casi pueriles, que también pueden servir para la salvación.

He aquí la prueba: Para protegerse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos.

El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones más fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas.

Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con alegría inocente. Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio.

No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas. En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas, les hizo olvidar toda canción.

Ulises (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él estaba a salvo. Fugazmente, vio primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo más acerca de ellas. Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises.

Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó. La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo.

domingo, 21 de junio de 2009

Hablen, tienen tres minutos



De vuelta del paseo donde junté una florecita para tenerte entre mis dedos un momento, y bebí una botellas de Beaujolais, para bajar al pozo donde bailaba un oso luna, en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel y sé que estaré solo en la ciudad más poblada del mundo. Excusarás este balance histérico, entre fuga a la rata y queja de morfina, teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café, y en cada medialuna la humedad alisa sus patitas de esponja. Máxime sabiendo que pienso en ti obstinadamente, como una ciega máquina, como la cifra que repite interminablemente el gongo de la fiebre el loco que cobija su paloma en la mano, acariciándola hora a hora hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura. Creo que sospecharás esto que ocurre, como yo te presiento a la distancia en tu ciudad, volviendo del paseo donde quizá juntases la misma florecita, un poco por botánica, un poco porque aquí, porque es preciso que no estemos tan solos, que nos demos un pétalo, aunque sea un pasito, una pelusa.

Julio Cortázar




domingo, 14 de junio de 2009

Te aseguro !!!!!!!!




Es difícil tener que imaginar toda una vida sin ti..Sin tus besos, tu cuerpo, tus caricias..Sin esa mirada que me tranquiliza.. Sin esos labios que me llevan a un mundo.. Donde se que lo puedo todo..sin poder estar en tus brazos.. Donde yo me siento segura de mi misma.. Sin esa sonrisa que a pesar de todo lo malo.. que me ha pasado en la vida.. me llena de alegria y felicidad.. Es difícil tener que recordar.. Que ahora que mas te necesito.. No te tengo a mi lado.. Mas dificil recordar que tu para mi lo eras todo.. Y yo para ti solo era una aventura..


Te aseguro que nunca fuiste una aventura ,eres demasiado mujer para serlo. fue demasiado cobarde y mentiroso para quedarse contigo.


Norma Virginia Escalante Caballero

sábado, 13 de junio de 2009

Limpieza


La semana pasada tiré el preocuparme, se estaba poniendo viejo y me estorbaba. Me impedía ser yo misma, no podía actuar a mi modo.
Tiré esas inhibiciones, no dejaban lugar para mí. Hice lugar para mi nuevo crecimiento; me deshice de mis viejos sueños y dudas.
Tiré un libro sobre mi pasado (igual no tenía tiempo para leerlo). Lo reemplacé con nuevas metas y empecé a leerlo hoy.
Tiré los juguetes de mi niñez (¿recuerdan cuánto les estorbaba yo?) Conseguí una nueva filosofía y también tiré la de mucho tiempo atrás.
Compré algunos libros nuevos llamados: puedo, haré y debo. Tiré el podría, haría y debería. ¡Ah!, si hubieran visto el polvo...
Me topé con un viejo amigo, a quien no lo había visto hace bastante tiempo, creo que su nombre es Dios. Si, realmente me gusta su forma de ser. Me ayudó con la limpieza y agregó algunas cosas, tales como: oración, esperanza y fe. Sí, las puse en mi estante.
Tomé algo especial y lo coloqué en la puerta principal. La encontré se llama paz. Ya nada me puede abatir. Ahora mi casa esta muy linda, todo se ve bastante bien.
Para preocupaciones y problemas, simplemente no hay lugar. Es bueno limpiar la casa, especialmente la interior; ya que deshacerse de tanta cosa que estorba, hace todo más alegre.
A lo mejor tú deberías tratar de hacer lo mismo

jueves, 11 de junio de 2009

Poemas de perdón




Asomaba a sus ojos una lágrima
y mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y enjugó un llanto,
y la frase en mi labio expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿Por qué calle aquel día?.
Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?.
Es cuestión de palabras, y, no obstante,
ni tu ni yo jamás,
después de lo pasado convendremos
en quién la culpa está
¡Lástima que el amor un diccionario
no tenga donde hallar
cuando el orgullo es simplemente orgullo
y cuando es dignidad!

Gustavo A. Bécquer

Poema Calla de Poemas sueltos 2



En otros tiempos, tiempos mejores, los dos cumplimos nuestro deseo, y sin querernos, de unos amores urdimos ambos el fantaseo.
Los dos mentimos: ¡dulce mentira! Yo te escuchaba con calma absorta y, habla, te dije, que amor te inspira; miente y soñemos, la vida es corta.
Hoy, fatigado de la comedia, porque la ruda verdad amarga, y con engaños no se remedia, pienso al oírte: la vida es larga.
¿A qué las frases que me dijiste? Mimos gastados, suspiros viejos…¡Estoy tan solo, y estoy tan triste!Los que me quieren están muy lejos.
FRANCISCO A. DE ICAZA ( México, 1863 - 1925

sábado, 6 de junio de 2009

Hay sol es mediodìa y ya no importa





Hay sol es mediodìa y ya no importa
Este no es un amor hecho de lluvia
ni envuelto en la neblina de la tarde.
Esto es estar.Estar, tan simplemente
como si hubiera sido siempre.
Esto es estar, amor, desde un principio
que no tuvo comienzo
No sè como seràs .Tampoco importa,
porque estuviste siempre y lo ignoraba.
Como me gusta, hoy, decir tu nombre
morder tu nombre como un fruto agrio
y repetir ineteniblemente:
te quiero, amor, te quiero, amor, te quiero.
Estàs cansado, sì estàs cansado,
tienes los ojos tristes y sin embargo còmo se iluminan
ciando vuelvo a decir las dos palabras.
Tienes mi corazòn entre las manos
yo quiero que lo sepas, que lo sientas
como una carga cierta que no daña
como un peso con alas
Como decir amor, que estoy segura
de que existes.Yo, que no creo en nada
En casi nada.
Apenas en la noche que me encierra,
en las manos tendidas y en la garra,
en la sombra, en la luz y en la penumbra,
en los ojos que ven y en la mirada
que ciega, en la piel, en la sangre
en las sienes
y en esa soledad donde descansas
Como decir que creo en tì, de pronto
porque siempre has estado.

Julia Prilutzky Farny

lunes, 18 de mayo de 2009

Adios Don Mario


Y si Dios fuera mujer? pregunta Juan sin inmutarse, vaya, vaya si Dios fuera mujer es posible que agnósticos y ateos no dijéramos no con la cabeza y dijéramos sí con las entrañas. Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez para besar sus pies no de bronce, su pubis no de piedra, sus pechos no de mármol, sus labios no de yeso. Si Dios fuera mujer la abrazaríamos para arrancarla de su lontananza y no habría que jurar hasta que la muerte nos separe ya que sería inmortal por antonomasia y en vez de transmitirnos SIDA o pánico nos contagiaría su inmortalidad. Si Dios fuera mujer no se instalaría lejana en el reino de los cielos, sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno, con sus brazos no cerrados, su rosa no de plástico y su amor no de ángeles. Ay Dios mío, Dios mío si hasta siempre y desde siempre fueras una mujer qué lindo escándalo sería, qué venturosa, espléndida, imposible, prodigiosa blasfemia.
//
Poemas de Mario Benedetti
Poemas del Alma

sábado, 16 de mayo de 2009

Vigilancia Interior


Hay encantos que seducen, que confunden, que pervierten. Pero, ¡ Oh, que maravilla cómo es la confusión! pareciera que por momento tenemos el control , que todo está muy bien ,todo está perfecto eso lo suponemos. Creemos que estamos ciegos por tanta luz pero la verdad es que estamos ciegos por tanta oscuridad. Y es allí; en el momento más inesperado que se pierde todo, todo lo aparentemente ganado en un instante se desvanece.

Entonces , nos damos cuenta que estamos frente al monstruo de la realidad que nosotros equivocadamente hemos fomentado. Por eso es necesario ser cautelosos , precavidos y recordar que cuando algo nos atrae mucho más allá de la razón, tenemos que ver su condición real .
Hay frutos que son probados porque se ven buenos para comer pero por dentro están llenos de venenos , venenos que muchas veces actúan adormeciéndonos ,alentando nuestros sentidos y perdiendo nuestro juicio . Y luego , entonces como si fuéramos adicto a una droga mortal nos es difícil escapar.

Que se advierte entonces , que no toda la belleza es belleza , que no todo lo que parece encantador es encantador. Busquemos la verdad y no tratemos de cambiarla. no nos automanipulemos pensando que todo va a estar bien . Sí comprendemos que algo no se presenta como real porque en el fondo no hay congruencia, balance, entonces levantemos nuestras banderas y pongámonos a procesar, a analizar y lo mejor que podamos hacer es alejarnos .

Muchas cosas en la vida parecen ser algo maravilloso y no lo son, porque no atrevernos a decirlo la clave es nos envuelve, nos fascina, perdemos el control y comenzamos a dar mucho más de lo que recibimos, al punto que lo damos todo ,y tan solo recibimos mal. De muchas maneras existen maltratos : físicos, psicológicos, espirituales. ¿cómo pasa todo esto ?

Bien, llega ese día , ese momento en que digamos confiamos en nuestros ojos , confiamos en nuestros deseos ,y es bueno comprender pero , ¿ Qué pasó ? Nos olvidamos de nuestro propio ser , más que las apariencias busquemos el fundamento , no nos equivocaremos.La Sabiduría es el arte de la vigilancia interior.


Texto de Norma Virginia Escalante Caballero

Mujer y Rosa

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Fantasía

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viernes, 15 de mayo de 2009

La Moza Gallega



La moza gallega que está en la posada, subiendo maletas y dando cebada,
penosa se sienta encima de un arca, por ver ir un huésped que tiene en el alma,
mocito espigado, de trenza de plata, que canta bonito y tañe guitarra.
Con lágrimas vivas que al suelo derrama, con tristes suspiros, con quejas amargas,
del pecho rabioso descubre las ansias. ¡Mal haya quien fía de gente que pasa!
«Pensé que estuviera dos meses de estancia, y, cuando se fuera, que allá me llevara.
»Pensé que el amor y fe que cantaba, supiera rezado tenello y guardalla.
»¡Pensé que eran ciertas sus falsas palabras! ¡Mal haya quien fía de gente que pasa!
»Diérale mi cuerpo, mi cuerpo de grana, para que sobre él la mano probara
»y jurara a medias, perdiera o ganara. ¡Ay Dios! si lo sabe, ¿qué dirá mi hermana?
»Dirame que soy una perdularia, pues di de mis prendas la más estimada,
»y él va tan alegre y más que una Pascua. ¡Mal haya quien fía de gente que pasa!
»¿Qué pude hacer más que darle polainas con encaje y puntas de muy fina holanda;
»cocerle su carne y hacerle su salsa; encenderle vela de noche, si llama,
»y, en dándole gusto, soplar y matalla? ¡Mal haya quien fía de gente que pasa!»
En esto ya el huésped la cuenta remata, y, el pie en el estribo, furioso cabalga,
y, antes de partirse, para consolarla, de ella se despide con estas palabras:
«Isabel, no llores; no llores, amores. Si por dicha lloras porque yo no lloro,
»sabrás que mi lloro no es a todas horas, y, aunque me desdoras, otros hay peores.
»Isabel, no llores; no llores, amores.»
Juan de Salinas