acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne;
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es pregunta cuya respuesta
nadie sabe.
LUIS CERNUDA ( España, 1902 - 1963 )
Hola! me gustó mucho tu blog. Si queres pasar x el mio es http://pura-entelequia.blogspot.com
ResponderEliminarSaludos!
M.E
Excelente aporte, muy adoc para el momento que vivo y que quiero disfrutar con alguien especial
ResponderEliminarHola otra vez para darte un regalo recogelo cuando puedas, suerte chau
ResponderEliminarUn libro y una historia