Vendo mis ojos para no ver
el volcán y sus cenizas.
Parezco ciega de mi misma
iluminada por la luz que arde
como fuego en la hoguera.
Me duele el mundo en las entrañas...
Hoy... duelen mis heridas...
Universo de mi oído que escuchas
lo que en mi garganta llevo de tu voz.
De universo me visto todos los días...
para tus flamantes amaneceres...
Y así aspirando de tu aroma
voy ignorando los míos,
emanando los aromas de tu abismo.
Sos mi tacto porque en mí
acaricias y desbordas...
con tu infinita ternura .
Y siento en mi cuerpo la delicia
de tus manos entrelazadas en las mías.
protegiendo mis sueños y logros,
te cargo a mis espaldas...
Yo solamente soy el vivo trasmitir
de tus sentidos.
A veces la vida duele por las cosas
que fueron soñadas y no cumplidas,
esa eternidad interrumpida en la memoria
por la euforia de esta vida.