Verte vestida es la mejor excusa
para imaginar tu desnudez
bajo la ropa que ostentas ilusa,
donde yacen el infierno,
la pasión y el fuego.
Entre tanto miro casi indiferente
aquellos rincones que tu piel asoma,
como aquel escote que a más de tu aroma
me regala un poco de tu ser ardiente.
Y mis manos suben, bajan, por tu ropa,
ansiando tu piel y deseando ser boca,
soñando la miel que tu vientre derrama
al sentirte mujer, cuando se te ama.
Extraño el temblor que sin querer tu cuerpo
después del amor como final regala,
el abrazo eterno tras la gran batalla
en que nos unimos más allá del tiempo.
Aun verte vestida agita el pensamiento,
puedes encenderme sin lugar a duda,
y tan sólo espero nos llegue el momento
para poseerte... esta vez desnuda.
Beto Aveiga
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