Hay en tus ojos un mar de tristezas,
que matiza de duelo tu mirada clara.
Y en tu corazón llevas los despojos,
el amor que por mi gozabas.
En tus dedos se recogieron las caricias,
que animaban todos mis sentidos.
Tus besos saben a sal cuando me rozas
la boca que anhelante se desespera.
Sé que no hallas las palabras necesarias,
para decir Adiós sin que me duela.
Lamento no poder auxiliarte, vida mía,
solo tú puedes abrir la puerta para marcharte.
Yo quisiera confesarte que aún te amo,
pero eso haría más dolorosa tu partida.
No tardes tanto en desgarrar mi alma,
con la daga de tu ausencia tan temida.
De mi Amiga y Poeta Monica Ovejero
Triste y bello poema.
ResponderEliminarun abrazo
Parece tan triste,
ResponderEliminar¿se truncó su sueño?.
No, solo es nostalgia
de los buenos tiempos.
Los bellos recuerdos siempre perduran al igual que los buenos poemas, un abrazo